BLOQUEAME
Y ya no une nuestros pasos el cordón de la cordura, se cortó cuando sincharon el egoísmo y la sin razón. El egoísmo se escuda tras tu espejo biselado y la sin razón defiende la razón perdida. A cuerpo gentil avanza la artillería. A cuerpo gentil sin gentileza, desanudándo a mordiscones las amarras del amor prometido. Trenzamos la cuerda con besos y ganas. Aprendimos los nudos de los más audaces marineros. Nos atamos al mástil cada vez... Cada vez. Y ya es horca, atadura y piel quemada. Ya es rasgadura, hilacha y paja seca. Tu allí, yo aquí... y nuestras manos peladas por las amarras de sangre y entredicho. Yo como tú, pero en la trinchera en la que deberías haberte quedado por mi. Tu siendo tu, en la trinchera que juraste jamás surcar. Sueltas las amarras para que ya ninguna amarra me una a ti... Tu para allí, yo hundida aquí. El fin de la cordura que bordaba amorosamente a la rota y el descosido que volvimos a ser.